30.3.12

22/1
Bajamos con Susana y fue raro porque Delia y María ya no estaban, les habían dado el alta y hoy se va Mariana, apodada Adidas por Susana y por mi, ya que tiene una remera gigaaaaaaaaaaante, que se puede ver a lo lejos que dice Adidas, además es mi compañera de habitación junto con Silvia, ella entró por depresión también, tiene una hija y sigue enamorada del ex, una basura el tipo, extraño ayudarla con los problemas que tenía, además mientras que estuvo acá fue la depiladora oficial, entre la risa de ella y la de Susana, no sé cual es más fuerte, la voy a extrañar bastante, estábamos planeando en vernos afuera y salir, podríamos invitar a Susana también, que ayer a la noche me enseño a dibujar peras, son hermosas.
Fuimos al patio con Paula, es la única persona que no debería estar en un lugar como este, la mandaron acá, porque sí, no se lleva bien con la vieja y acá esta, diciendo bromas en un tono serio  que te morís.
Por segunda vez tuve que llamar a un médico de turno, el mismo tardó años en venir, me desespera saber que mi cuerpo sigue reaccionando como si estuviera embarazada, quiero que todo esto termine, me hace mal más aún cuando tratan de hacerme sentir mejor, la gente, ni el médico entiende que si no para esto me voy a volver loca, estoy cansada de seguir soñando estas cosas, lo último que faltaba era que ni mi cuerpo me permitiera olvidarte y sé que jamás lo va a hacer, pero quiero descansar, aunque sea unos segundos.
Las enfermeras no sé cómo se turnan, pero sólo me quedaron cuatro. Ramona, medio ángel y demonio a la vez, siempre de labios rojos, rubia, con voz de Mirtha Legrand, sí, horrible. Romina, es más buena que Ramona, pero con el tema de la ropa es más exigente. Graciela te habla hasta por los codos, también es rubia, evidentemente con lentes de contacto, de tez más oscura, es mi segunda favorita, la primera es Haydee, ella si es un amor de persona, bastante ética, la que nos toma la presión, 9.6, 8.5, nos hacemos pulseras, nos quedamos hablando, con ella no dan ni ganas de bajar al patio.
Se extraña a Delia, mirando la novela y hablando por las noches, al igual que a María.
Hoy además era día de visitas, como todos los martes y jueves, vino papá de visita y Susana me presentó a su hija y de paso a su hermana, nos pidió una lapicera y resulta que también trabajaba en el hsbc como papá, a la derecha estaba Mauro teniendo problemas con no sé quién y se lo llevaron. Hablando de Susana  le contamos porque entro María, no podía creer que estuviera compartiendo habitación con ella, pobre Susana.

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