Miércoles. No sé cual de todos los miércoles del año, pero este no había sido tan común como los otros, me sentía realmente mal, sentía que me iba consumiendo de a poco, ya había puesto tantas excusas para no verte, que se me agotaron, tenía que verte, tenía que enfrentar mis miedos, tenía que levantarme de la cama e ir.
Me encuentro caminando por San Telmo, media apurada y distraída a la vez, quería llegar a horario, no te quiero hacer esperar.
'Debo estar muy ansiosa que analizo todo antes de tener una situación para analizar', pensé. Pero no, estaba muy nerviosa, tan así que no sabía si temblaba de miedo o de frío, no me importaba, estaba abrigada... estaba por verte, cierro los ojos, respiro hondo. Cuando me doy cuenta ya había llegado y te espero sentada en uno de los banquitos de Plaza de Mayo.
¿Qué linda vista no? Pensar que uno pasa por acá diariamente y nunca se detiene a mirar con determinación lo que lo rodea, las calles, la gente, ¡hasta las palomas!
Escucho un murmullo desde atrás, creo que me esta hablando 'sun sun sun here it comes' bajo lentamente el vólumen y escucho:
-Disculpe señorita, ¿tendría fuego?
Y te abracé.